Joan Fontcuberta tiene una extensa obra artística, se destacan: Herbarium (1984); Fauna (1987); El artista y la fotografía (1995); Sputnik (1997); Constelaciones, Hemogramas y Semiópolis (2000); Sirenas (2000); Securitas (2001); Karelia : Milagros & Co (2002); Euskaldunen Uhartea / La Isla de los Vascos (2003); Orogénesis (2005); Googlegramas (2007), Deconstruyendo a Osama (2007).
Herbarium (1984)
(Ed. Gustavo Gili, Barcelona, 1984).
Este conjunto de fotografías, concebido como parodia de los trabajos ya clásicos de Karl Blossfeldt (1865-1932), nos presenta un herbario imaginario. Lo componen pseudoplantas generadas a base de detritus industriales y componentes orgánicos de diversa procedencia, la combinación de los cuales, aparentemente, no queda alejada de la morfología fantasiosa de un Gaudi o un Dalí. Joan Fontcuberta ha jugado a ser un dios que recrease de nuevo las especies en consonancia con un mundo degradado; o a ser un diseñador genético que, con dotes premonitorias, lanzase la colección primavera-verano de plantas para después de la debacle nuclear. Las fotografías de Fontcuberta tienden a confundir lo natural con lo artificial, lo auténtico con lo falso, la realidad con la ficción. Y que esta síntesis se produzca paradójicamente con un medio asumido históricamente como veraz significa pervertir el principal carisma de la fotografía: el realismo.
Fauna (1987)
(European Photography, Göttingen, 1987).
¿Nos dice la verdad la fotografía? ¿Monopoliza nuestro conocimiento la ciencia? ¿Cabe todavía lo inesperado? FAUNA es un proyecto realizado por Joan Fontcuberta y Pere Formiguera que aporta algunas respuestas, mientras narra las experiencias del profesor Peter Ameisenhaufen y hace la crónica de sus increíbles hallazgos zoológicos, fotografiados por Hans von Kubert.Anticipándose a los efectos de la era digital en la que ya estamos atrapados, la historia de este bestiario fantástico, documentado con un complejo dispositivo científico, nos confronta, con una sana ironía, con la cuestión de la credibilidad de la cámara y con el estatuto de ficción de la imagen fotográfica. Aquí la fotografía de la naturaleza no es más que un pretexto para hablar de la naturaleza de la fotografía.FAUNA vio la luz por primera vez en 1987. Desde entonces han acogido este proyecto más de sesenta museos y centros culturales en Europa, América y Japón, ya fueran instituciones artísticas o de divulgación científica, como el MoMA de Nueva York, el M.I.T. de Massachusetts o el Museo Nacional de Ciencias Naturales de Madrid. Sin ayudas de la administración ni de organismos oficiales, FAUNA ha resultado un embajador de la fotografía española en el concierto internacional del arte contemporáneo. Para la crítica, se ha convertido en un trabajo de referencia sobre la ficciónfotográfica en el espejo de la sensibilidad postmodernista.
DESTACADO. FAUNA ha sido publicado en siete idiomas y aparece como una de las obras fundamentales del Siglo XX en el libro The Book of 101 Books. Seminal Photographic Books of the Twentieth Century (editado por Andrew Roth, Nueva York, 2001.
(L'artista e la fotografia, Mazzotta, Milan, 1995).
(Fundación Arte y Tecnología, Madrid, 1997).
Joan Fontcuberta (1955) se convirtió en fotógrafo en los 70. De la tradición del surrealismo español, crea elaborados engaños fotográficos que desafían y provocan, obligándonos a reexaminar la relación entre fotografía y realidad. La única información fiable que nos puede dar una fotografía – afirma Fontcuberta – es que es tan sólo eso: una fotografía.
Sputnik reúne toda una serie de material inédito sobre la casi desconocida historia espacial soviética: fotografías, anotaciones originales, instrumentos de navegación, enseres personales y hasta una réplica de la nave Soyuz 2.
Las piezas exhibidas no están exentas de la dimensión poética que entraña la exploración del cosmos.
EL COSMONAUTA FANTASMA. En junio de 2006, el periodista español Iker Jiménez, en su programa Cuarto Milenio, analizó la eliminación de los archivos soviéticos de toda la información relativa al astronauta Ivan Stochnikov (Joan Fontcuberta, traducido al ruso), desaparecido en el curso de la misión Soyuz 2, el 25 de octubre de 1968, hipotetizando que fue como resultado de una abducción.
A la semana siguiente, Iker Jiménez se vió obligado a aclarar que tal suceso era en realidad una obra de Joan Fontcuberta .
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Constelaciones, Hemogramas y Semiópolis (2000)
(Zonas de Penumbra, Actar, Madrid, 2000).
Este libro reúne tres proyectos de Joan Fontcuberta que abundan en una práctica crítica de la fotografía en el contexto del arte contemporáneo.
En “Constelaciones”, “Hemogramas” y “Semiópolis” la paradoja, la ambigüedad, el trampantojo y la indagación de la huella fotográfica, siguen constituyendo el nexo en común. Las imágenes abren paso a universos escondidos pero presentes. Detrás de los dramáticos paisajes celestes, de las utopías urbanas vislumbradas en la ciencia ficción, o de las abstractas y minimalistas improntas sanguíneas, emerge irónicamente otra realidad.
(Volte face: les sirènes de Digne, Images en Manœuvres, Marsella, 2000).
El descubrimiento, en Digne, de fósiles hydrolopitecus, ancestros míticos del homínido, revive tres misterios del conocimiento: el simbolismo migratorio de las sirenas, el enigma de los fósiles a lo largo de la historia y la gran cuestión de el origen del hombre.
Joan Fontcuberta especula sobre este argumento y desarrolla, a través de la fotografía y la escritura, un proyecto poético e inquietante.
(Fundación Telefónica, Madrid, 2001).
Karelia: Milagros & Co (2002)
(Fundación Telefónica, Madrid, 2002).
Fundación Telefónica se complace en presentar Karelia: Milagros & Co de Joan Fontcuberta, quien ya expuso en las salas de la Fundación sus proyectos Sputnik y Securitas, los cuales despertaron un importante interés entre crítica y público.
Joan Fontcuberta es uno de los exponentes más significativos en el ámbito de la fotografía artística y uno de los artistas visuales de mayor relieve internacional. Los principales museos del mundo han acogido sus exposiciones en las que siempre ha experimentado con los límites existentes entre fotografía, pintura y nuevas tecnologías, moviéndose frecuentemente entre la realidad y la ficción entre la verdad y la apariencia de verdad.
Para este nuevo proyecto, el artista se ha desplazado hasta Finlandia para realizar una propuesta fotográfica, en el interior del monasterio de Valhamönde, en la frontera con Rusia. Como sucedió con sus anteriores trabajos, esta trama de imágenes es sólo la parte de una historia en la que se mezclan la literatura, el mito, la leyenda, la realidad social y la fantasía, más allá de la propia sucesión de fotografías.
Esta exposición resultará sin duda del mayor interés para el público, no sólo por la envergadura creativa de las imágenes, sino porque en ellas aflora uno de los asuntos de notable actualidad: la proliferación de algunas formas de ocultismo y de falsas manifestaciones de espiritualidad. El visitante, el lector del catálogo se sentirán impulsados a descubrir lo que Fontcuberta propone con este reportaje fotográfico.
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(Artium, Vitoria, 2003).
En el estuario del río San Lorenzo, en la provincia canadiense de Québec, frente a la costa de una localidad llamada Trois Pistoles, se encuentra la pequeña “Isla de los Vascos” (Île-aux-Basques). En el s.XVI, mucho antes de la exploración de Canadá, pescadores vascos se aventuraban hasta esos recónditos parajes para capturar ballenas. La isla cobró importancia como base de operaciones balleneras pero también por ser un punto de confluencia de varios pueblos nativos amerindios con los que los vascos establecieron relaciones comerciales. Se trata en ese sentido de uno de los primeros lugares documentados de intercambio entre europeos y autóctonos norteamericanos y este aspecto lo convierte en un lugar de memoria histórica de similar relevancia que los asentamientos vascos en Labrador y Terranova.
Con este hilo argumental Joan Fontcuberta presenta un nuevo proyecto en que prosigue su trabajo de disección de la verosimilitud en el discurso documental. Mediante un uso narrativo de la fotografía y fiel a una estrategia que dramatiza el relato histórico, Fontcuberta reconstruye la epopeya de los balleneros. Hoy los restos de los hornos erigidos para fundir la grasa de ballena y los objetos recuperados en la isla por los arqueólogos configuran la colección de un “Museo de la Aventura Vasca en América”. De hecho, tal como nos muestra Fontcuberta, todos esos vestigios así como los paisajes que los acogieron, se han convertido en símbolos que nos invitan a fantasear sobre tiempos y gestas de la aventura marítima de los vascos. Al mismo tiempo la ambigüedad y el tono paródico de algunas imágenes despiertan la duda sobre los objetivos del autor. La visión irónica de determinados planteamientos museográficos y la indagación sobre la naturaleza del documento fotográfico están muy presentes.
(Landscapes without Memory, Aperture, New York, 2005).
Joan Fontcuberta es conocido por explorar los límites entre arte, ciencia e ilusión. Cuando la ciencia alcanza los límites en su trabajo, la imaginación encuentra un espacio creativo donde puede florecer. En este trabajo, Fontcuberta utiliza un programa diseñado para militares y científicos, utilizado en el rendering de imágenes de paisaje en tres dimensiones. El programa da la posibilidad de navegar en tres dimensiones tras haber procesado la información escaneada a partir de documentos de dos dimensiones. Con la ayuda de este programa, Fontcuberta ha construido sus paisajes sin memoria, a partir de cuadros e imágenes de artistas famosos como Turner, Cézanne, Dalí, Stieglitz, Weston, y otros.
Del mismo modo se ha utilizado este programa para crear otra serie, “Bodyscapes”, pero esta vez, la información puesta a escaneo, ha sido, partes del cuerpo. Un resultado bastante peculiar que se puede ver en este cuidado volumen.
Googlegramas (2007)
Googlegramas es una serie de composiciones creadas mediante un programa informático, formadas por miles de imágenes con las que Joan Fontcuberta pretende poner en cuestión la idea de que internet se ha convertido en una memoria democrática y universal.
Las obras deben ser contempladas con una doble mirada: la del hipermétrope, porque de lejos recrean conocidas obras de la historia del arte, y la del miope, porque de cerca muestran miles de pequeñas imágenes sacadas de internet, según ha explicado hoy su autor.
Joan Fontcuberta conjuga así una de las técnicas más antiguas de representación como es el mosaico con la fotografía digital e internet en este nuevo proyecto, que ha dado ya como fruto unas cuarenta obras y que no abandonará hasta que se aburra.
En esta obra, Fontcuberta pretende plantear que muchas veces el acceso a una gran cantidad de información no implica un mayor conocimiento y que con internet ha llegado otro tipo de censura: en lugar de vedar la información, se da más de la cuenta de forma que el usuario se pierde en un laberinto de datos.
(Actar, Barcelona, 2007).
¡Las fotos más inverosímiles!.¡Los documentos más escalofriantes!. ¡Los textos más reveladores! El increíble scoop de la Agencia de noticias Al-Zur. El último proyecto de Joan Fontcuberta.
Dos fotoperiodistas de Al-Zur (la agencia de noticias establecida en Qatar) consiguieron en noviembre de 2006 uno de los mayores scoops de los últimos años. Mohammed ben Kalish Ezab y Omar ben Salaad son en efecto los autores uno de los reportajes más inverosímiles jamás logrados por el periodismo de investigación. Ben Kalish y Ben Salaad siguieron las andanzas en los últimos años del doctor Fasqiyta-Ul Junat, uno de los dirigentes del operativo militar de Al Qaeda. Así empieza el último proyecto de ficción de Joan Fontcuberta. Una visión irónica de cómo Occidente considera el mundo árabe. Fotografía y engaño se encuentran en esta publicación, que no te dejará indiferente.