Euskaldunen uhartea / La isla de los vascos (2003)

(Artium, Vitoria, 2003).
En el estuario del río San Lorenzo, en la provincia canadiense de Québec, frente a la costa de una localidad llamada Trois Pistoles, se encuentra la pequeña “Isla de los Vascos” (Île-aux-Basques). En el s.XVI, mucho antes de la exploración de Canadá, pescadores vascos se aventuraban hasta esos recónditos parajes para capturar ballenas. La isla cobró importancia como base de operaciones balleneras pero también por ser un punto de confluencia de varios pueblos nativos amerindios con los que los vascos establecieron relaciones comerciales. Se trata en ese sentido de uno de los primeros lugares documentados de intercambio entre europeos y autóctonos norteamericanos y este aspecto lo convierte en un lugar de memoria histórica de similar relevancia que los asentamientos vascos en Labrador y Terranova.
Con este hilo argumental Joan Fontcuberta presenta un nuevo proyecto en que prosigue su trabajo de disección de la verosimilitud en el discurso documental. Mediante un uso narrativo de la fotografía y fiel a una estrategia que dramatiza el relato histórico, Fontcuberta reconstruye la epopeya de los balleneros. Hoy los restos de los hornos erigidos para fundir la grasa de ballena y los objetos recuperados en la isla por los arqueólogos configuran la colección de un “Museo de la Aventura Vasca en América”. De hecho, tal como nos muestra Fontcuberta, todos esos vestigios así como los paisajes que los acogieron, se han convertido en símbolos que nos invitan a fantasear sobre tiempos y gestas de la aventura marítima de los vascos. Al mismo tiempo la ambigüedad y el tono paródico de algunas imágenes despiertan la duda sobre los objetivos del autor. La visión irónica de determinados planteamientos museográficos y la indagación sobre la naturaleza del documento fotográfico están muy presentes.

 
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